Se supone que yo tenía que florecer,
se supone que tenía que brillar.
Pero no salen flores ni luces de mí.
Apenas algunas tazas que he aprendido a hacer,
apenas una tulma a medias.
Once meses,
y todo aquí sigue intacto.
Con la diferencia de que las nubes
ya no me hacen llorar,
ni el sol,
ni la lluvia.
Ni las palomas atropelladas.
Será que se me acabaron las lágrimas
cuando te fuiste.
Lo poco que me quedaba de agua salada
se fue con Clarita.
Cla/rita.
Cla/udia.
Cla/udia.
Cla/rita.
No he florecido, amor.
No he brillado, tampoco.
Apenas,
—con todo mi esfuerzo—
he dejado de llorar,
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