sábado, abril 30, 2022

Secret Reset

A veces me desconfiguro, me golpea un instante en el que no sé dónde estoy, ni  sé qué estoy haciendo, no sé qué día es ni sé si afuera es de noche o de día, toda la información desaparece de mi mente.

Se pausa todo.

Basta una interrupción en mi rutina.

Mi taza en un lugar diferente .
Mi cenicero sucio si es lunes.
El azúcar morena o el té con clavo y canela.
No es lo mismo, sabe diferente, no es rico, es horrible. Esta taza es más grande, le falta azúcar, ésta es muy chiquita, mi té está dulce.

Desvestirme y vestirme más de una vez al día.
Me pongo lo mismo? Me cambio todo? Me ducho otra vez antes de cambiarme? Me pongo otra chamarra?

Que se me apague el cigarro en la ducha.
Salir de la ducha con mi cigarro aún humeando. 

Necesito ser la primera en ducharme. Necesito ser la primera. Que nadie se duche antes que yo. Necesito ser la primera.

Que se meta el sol sin que yo lo este mirando.
Cuánto tiempo lleva el sol escondido? Cuánto tiempo llevo sin su mirada? Cuantos minutos de oscuridad he perdido? El tiempo no retrocede.

Entonces sucede, el interruptor se apaga y el ruido del corte de energía es estruendoso. Dejo de comprender todo, es como si mis manos (y yo toda)  se movieran de una manera automática e incomprensible. Sin sentido, sin rumbo, sin destino. 
Solo se mueven como me muevo yo toda.
Como las manos de los que se ahogan en el medio del mar.
Como las manos de los que caen libres hacia el vacío.
Como las manos del que nace y entiende lo inmenso del mundo.

Todo en unos segundos.