domingo, julio 23, 2017

Mi poeta.

Uno que otro puede decir con pocas palabras, con las palabras necesarias, lo que yo apenas me atrevo a pensar, lo que apenas puedo imaginar.

Yo nunca sabría escoger las palabras.

Yo no podría.

Es que a veces, de tanto pensar una palabra y reperirla, esta pierde sentido y entonces pienso en dejar de usarla, busco otra forma de decir lo mismo y si no hay, intento olvidarla y al final no digo nada.

...pero están los que pueden, los que dicen y te salvan , los poetas que encuentro cuando te busco, cuando busco como llegar a ti con palabras.

viernes, julio 21, 2017

Miedo

Este momento es un momento de miedo, a estos minutos es a lo que más miedo le tengo. Ahora se hace grande todo. Las horas, me desoriento en las horas. Siento  tan  profundo, que darme cuenta de que son las 7 y no las 10, ha sido como retroceder 3 horas en el tiempo. Te extraño, entiendo, igual te extraño. No quiero retroceder, menos en el tiempo. No quiero moverme. La tierra tiembla y puedo sentirla. Quiero quedarme quieta.
Y que vengas.

martes, julio 11, 2017

La ducha.

Parecen horas, pero son apenas minutos,  los mismos  minutos que dura mi cigarro. Entre las líneas de agua encuentro las respuestas, "el agua que todo lo sabe" dice mi pa, el agua que todo lo limpia y aclara, pienso yo. Me muero de frío. Esa línea de agua helada no deja de meterse entre las gotas que hierven. Mejor lo bloqueo, da lo mismo si parece una cosa o su extremo opuesto, yo sé que asi es mejor. Debería explicarle que no es la licuadora, es que yo no quiero que lo engañen. No tendría que ser necesaria esta explicación, pero es, porque sin explicación entonces queda la idea mala de mi. Mejor no le cuento que yo sé. Mejor no le digo nada. Mejor espero a que le diga alguien. Mejor no opino nada. Que mi mamá no sea necesaria, que haga no más sus cosas. Ojala venga la señora, ojalá mejor no. Y si me he equivocado y la señora es mala? Ojalá no sea. Ojalá no tanto. Cae la gota que siempre termina con todo, la que apaga lo ultimito que queda de mi cigarro. Ahora el frío y yo en el mismo lugar que dejé antes de encender la ducha. La puerta y el miedo de la vida que me espera ahí afuera, el miedo y la vida cuando empiezan cada día.

Miedo II

Un cuerpo roto habita dentro del mío, dentro del cuerpo que hasta entonces había sido una máquina.

Eran mis ojos solamente, tapados, pegados, no me dejaban encontrar la luz para huir de ella. Se esforzaban y solo lograban encerrar formas difusas, como ellos no podían, mi cabeza se esforzaba más por ver y entonces el estallido, los restos de un sonido repetitivo, la luz  exagerada. El ruido y la luz blanca, el abismo que no me da tregua.

Las consecuencias de esa luz mezclada con una pasta amarilla y yo que nunca quiero dejar de ver. de mirarlo todo y memorizarlo. Era un aviso y no,  claro que no me estaba quedando ciega.

La solución rápida. La que nunca ayuda a resolver las cosas. Un río de lava  sube hasta mi garganta, hasta mis ojos, quema todo el sendero por el que ha decidido fluir. La lava, el fuego caliente y rojo deshaciendome por dentro. Era otra yo, soy otra desde el día ese de la tormenta de fuego. Lo que llevo por dentro ya no es rabia ni risa, no es cansancio ni dolor, ni soledad ni fiesta. Es fuego, ardiente y rojo. Tan vivo como yo muerta. Tan torpe como torpe soy yo cuando el río ataca.

El tubo delgado (segun ellos), inmenso y bruto (según yo)  entra y saca pedazos para las pruebas, pedazos para el basurero, pedazos para restarme, corta y pega, también con fuego. Me clavan los seguros que garantizan juntar lo que este río de fuego ha roto, lo que este río rojo ha partido en dos, pero nada tan roto se vuelve a juntar y entonces me lleno de pedazos por dentro y mi cuerpo no sabe qué hacer con ellos, pesan tanto como peso yo cuando me hace frío.

Es gris y es negro si quiere, es cemento  y es alquitrán también.  Y el gris y el negro y el cemento y el alquitran, tapan el lugar por donde se supone que yo respiro y solo entonces se junta todo con el miedo y vuelve la luz blanca con la que se inició todo esto.

La luz, el alquitran, la pasta amarilla, el gris y el cemento...todo se va con el agua. Menos yo que ahora soy  un fuego agonizante... yo que si me acerco al agua podría desaparecer, evaporarme.

Mis brazos firmes me alejan del hueco, mis brazos firmes me alejan del suelo, doy un paso y después otro. Liviana ya, los pedazos hacia algún río y yo a cuatro largos pasos de mi cama.

lunes, julio 10, 2017

Nunca me acostumbré al miedo.

Yo me acuerdo bien del día en que conocí el miedo, de manera  consciente y dolorosa digo.
Yo tenía unos 6 y mi amigo leandro me contó que nuestros papás se iban a morir y que no iban a volver nunca. nunca. que los que se morían también se iban para siempre. Yo no he podido volver de ese miedo.

pero  he ido conociendo sus niveles, los niveles a los que puede llegar este miedo mudo. Primero era un ruido. Una cosa inmensa. Una explosión. Luego fue  el ruido y después silencio. Todo rotundo. Todo en el mismo segundo. Repitiéndose por horas. El más profundo de todos los abismos y después el frío intenso y después la lluvia, por supuesto.

Hoy es la transpiración helada 3 veces al día, mi ropa mojada. Pegada a mí, mojada y pegada a mí. Mis zapatos mojados. El frío en todas partes. Durante tantas horas. Ruido y silencio, los dos violentos. Rápidos. Profundos.

un paso y de golpe el vacío, el infinito mismo a mis pies. Aspirandome como un agujero negro. Yo como la nada. yo la nada.

Yo en el centro exacto del miedo, del miedo a la nada.

Despierto a un sueño o me duermo.

martes, julio 04, 2017

Santos óleos.


El miki me enseñó un día que se podía hacer pintura con las yemas de los huevos, pero solo salía bien si a la yema le quitabas la membrana que la contiene y me enseñó a sacarla. Desde ese día le saco la membrana a las yemas que uso para pintar los panes y las empanadas.

Y he decidido que nunca voy a comentar ningún post que tenga que ver con política,

prefiero pintar.