miércoles, enero 31, 2018

Parte II

Dice que se va. Minutos despues se va, están los 3 niños conmigo, está el duende. Ella se va caminando, no puedo llevarlos ni puedo dejarlos mucho tiempo. Corro, intento detenerla. No hay forma. Vuelvo.

No sé a quien llamar. Entra Dani. Esto tiene que terminar. Esto tiene que terminar. Llega la noche y he pasado el día sentada, esperando que esta locura sea un mal sueño. Llega la mañana. Los pájaros que no perdonan. El sol que viene a alumbrar esta destrucción. Es ella. Borracha. Adormecida. Torpe. Logramos que no se vuelva a ir. Van a internarla.

Van a internarla. Pasajes. Pasajes. El primero con dos asientos libres, por favor. Partimos mañana. Me queda una noche más aqui. J aparece detrás de la puerta, Dani lo lleva con él. Sonríe y sus ojos se mojan (es la última mirada que recuerdo de él).

Son casi las 4 de la mañana. Golpean la puerta tres veces. Dani golpea la puerta tres veces. No emito ni un solo ruido. Golpea más fuerte. Tres veces. No respondo. Abre la puerta. Fija sus ojos en los míos. "Vamos abajo". El duende duerme. Bajo con Dani (hoy con todo el problema, nadie ha cocinado) Se acerca a mi. Su respiración huele a galletas de agua con atún. Está triste, pero sobre todo enojado. Respira en mi cara. Tan cerca. Mis manos en la pared. Inmóviles. Se acerca a mi oído: -Sabes hace cuanto no tengo sexo? Sabes hace cuanto tiempo que ella se niega a dormir conmigo? -

No voy a olvidar nunca ese olor nauseabundo de las galletas con atún. No voy a olvidar jamás la respiración de ese hombre frustrado.

Estamos atrapados - Parte I

- si no vuelves, ella no me va a dejar volver a la casa ni me va a dejar ver al niño. Si no vuelves voy a perder a mi familia. Si yo pierdo a mi familia, tu pierdes a la tuya, yo te mando el pasaje.-

Que cagada, apenas logré comprar el pasaje para  venir a estar con ellos en el día de la madre, el pasaje tiene fecha 26. No, no me voy a ir mañana. Seguro que si le digo a ella que vuelvo el finde, va a dejar que Dani vuelva.

Mi café esta frío. No recuerdo si he leido esta pagina o no, da igual, de todas formas ya no quiero leer. Yo quería quedarme, no quiero volver a santa cruz, esta vez traje todas mis cosas, yo de verdad quería quedarme. Mejor empaco ahora que están en el cole, asi me queda tiempo con ellos.

Solo está ella en el aeropuerto, subimos al taxi y vomita, dice que son los nervios. Dani esta con los niños en la casa. No quiero entrar. Tal vez está enojado. Hace semanas que parece siempre emputado. Saco el bolso negro. "Eso es todo?" pregunta. Esto es todo. Entro.

Bienvenida a casa! Dani me abraza y me dice despacito "estamos atrapados", lo abrazo de vuelta. Los niños se vuelven locos. Saltan. Se cuelgan de mi. Abrimos el bolso. El lego de batman lo deja mudo. El buzz light year hoy duerme abrazado. Pienso en mis chicos, en el abrazo que les di antes de subir a ese maldito avion.

Han pasado 40 días. Los mismos que pasó Jesús en el desierto. 40 dias de lo mismo. Un porro para poder dormir. La luz del sol a las 6 de la mañana. Colegio. Casa. Casa. Colegio. Casa. Futbol. 36°grados. Casa. Quiero llamar a mis hijos. J quiere que charlemos. Ha inventado un video juego. Me explica todo con detalles. Hace el ruido de las flechas imaginarias que lleva en la espalda. Son las 11 de la noche. Lo mando a dormir. Jode bastante para tener solo 8 años.

Me desespera la noche. Mi cuerpo esta intacto. Todo lo que no hago en el dia se acumula dentro de mi y estalla. No puedo dormir. No puedo salir al patio, ella duerme en mi cama. Pienso en sus palabras , estamos atrapados. Estamos jodidamente atrapados.

martes, enero 30, 2018

Polis

Yo veo el miedo en sus ojos cuando me miran y yo me paro, los miro bien de frente, memorizo las cicatrices de sus caras, respiro humo, una bola de coca les dibuja una sonrisa a medias, nerviosa.

Ellos se han rendido ante la vida (una vida de mierda, seguro), pero se han rendido,  y yo no me rindo.
Por eso puedo mirar de frente,
por eso el miedo viene de ellos.

lunes, enero 29, 2018

Entre el cielo y el suelo hay algo.

No se detiene un segundo, ni para respirar. Apuro las cosas y le llamo un taxi.  El taxi llega, aleja de a poco todas las voces.
Después un audio de cuatro minutos. Después llama, para que no se le olvide. Y me cuenta lo mismo, con todos los detalles, cada vez más detallados. Una y otra vez. Siento que me arrastra a esa espiral de ruido y miedo.

Apareces detrás de todo, llegando a mí.
Eres el silencio más esperado. Un paréntesis de paz.

Unnamed

Ha escrito Gabriel. Hace muchos años que el ha dejado de perturbarme, no le creo nada, no aporta nada al mundo. Y sin embargo es difícil que mi cabeza no vaya directo a esos tiempos (cuando le creía), a las ratas en la cocina, las paredes mal pintadas, el cuarto de al lado. Un abrazo y un golpe. El baño, maldito.
La vida, miseria por todas partes.

Si un saludo tuyo es capaz de hacerme vivir otra vez esa angustia infinita, no quiero saber de vos. Ni del puente del que no saltas. Ni del gatillo que no jalas. No quiero volver a leer tu nombre.

Camina.

A esta hora casi todos pasan corriendo y yo los sigo con mi mirada hasta que doblan alguna esquina. Despues de 10 minutos los he olvidado.
Vuelven al lugar donde no existen. Habrán llegado a tiempo? Habrán tropezado con algun bache? Habrán barrido la acera con su cara?

No sé,  no me importa. No los conozco.
No los he visto caer.

jueves, enero 25, 2018

Treinta años, son casi todos los años.

A ratos pienso que mi abuela es lo que yo he querido que sea. Nuestra historia, digo. Lleva 30 años muerta. Tengo máximo 100 días que recuerdo con ella y 30 años se han llenado de los "en este momento mi abuela hubiera encendido un pucho" y claro, ni bien lo digo, puedo imaginarla y entonces nace un nuevo recuerdo que se suma con los otros, con los reales (recuerdo el color del esmalte de sus uñas).

Pero fijáte. Cuando recuerdas algo, no tienes tiempo de revisar si es real o si lo imaginaste, solo recuerdas.

Al final llevo una vida teniendo a mi abuela conmigo, aunque ella haya estado muerta la mayor parte de nuestro tiempo.

Encendamos un pucho ahora, hoy tambien es nuestro aniversario, Tuca.

miércoles, enero 24, 2018

No me va alcanzar la mañana.

Tengo que cocinar seis cosas. Mejor llevo el café conmigo o no me va a alcanzar la mañana.
Voy a una revisión que dura 90 minutos en lugar de 30, no me va a alcanzar la mañana.
Mi teléfono suena insistente. No puedo hablar con este tubo en mi garganta, mi teléfono no entiende razones e insiste. Es mi favorito.

-Están detrás de mi, habían muchos señores raros, grandes, se han enojado porque he compartido el video muchas veces, me han metido tubos en mi cabeza. Mirá. Tocá. Me han hecho heridas. Nadie me cree. He venido corriendo porque sé que aquí no vas a dejar que me hagan nada-

Tomo sus manos con fuerza para que deje de golpearse, claro que tiene heridas, no de tubos, se las hace el en esa desesperación inhumana. Tiembla todo su cuerpo. Tan frágil. Logro que se agarre de mi con fuerza y lo abrazo. Llora y esta aterrado.

(No va a pasar nada, bb. Nadie te va a hacer nada)

Me mira y sus ojos no encuentran mi mirada. Se mueven rápido, hacia todas partes. Está seguro de lo que dice. Yo estoy segura que no ha pasado nada.

Pienso rápido. Está dentro del sueño aún. No se da cuenta. Siento cómo tiemblan sus manos en mi pierna derecha. No tengo tiempo para llamar a nadie, debo actuar.

- Escucháme. Hay un muro transparente entre vos y yo, estás del otro lado. Concentrate, cerrá tus ojos, atravesá el muro. Ven a mi. Atravesá el muro. Ven conmigo.

Magia. Deja de temblar. Abre los ojos y me encuentra. Me mira. Me abraza. Todo vuelve a la más absoluta calma. Lo veo bailar mientras sirve las sopas.

Lo he recuperado. He cocinado las seis cosas. Son las 11:50 de la mañana.

martes, enero 23, 2018

lunes.

- Dejadas de alcanzar, que no es lo mismo
que inalcanzables, como en la penumbra,
como el tierno sollozo de algún niño
que parte en dos el cuerpo que lo alumbra.
Y es que mi sombra y yo vamos vena con vena
abriendo tu silencio cadena por cadena.-

Lo más seguro de todo es que he hecho algo, no se me ocurre qué, pero ya he aprendido que la rabia no viene en vano. Me doy cuenta cuando miro mis zapatos en la cocina y siento el viento violento en mi pecho. He hecho algo,  seguro. Me doy cuenta, respiro, el aire entra y no sale.

-Quiero escuchar cómo vivo. Escucho mi sangre, escucho el aire que contengo, escucho el humo del cigarro que pasa por mi garganta. Escucho mi miedo. Escucho cuando se quiebran mis uñas. Dejo salir el aire mezclado con humo.-

Quisiera descubrir qué, me concentro, intento, voy minuto a minuto por los momentos que recuerdo. Nunca, casi nunca logro descubrir de dónde viene.

Evoluciono pokemones. Veo como hierve el agua. Miro a la gata que me pide agua y yo no le quiero dar nada. Otro cigarro. Otra uña que se quiebra. Una tostada con mantequilla. Quemada. Olvido las cosas importantes. Caigo al fondo de un nuevo abismo. Cada vez uno nuevo. Tengo que descubrir lo que hice, pero casi nunca puedo.

Cada día quiero más tener a quien rezarle.

sábado, enero 20, 2018

Rubik

Hemos quedado a las 5 en el café.

La imagino ni tan gorda ni tan flaca, aunque nunca ha puesto una foto suya en sus perfiles. Es una mujer dulce, eso lo sé porque ayer era mi cumple y ella, sin conocerme, me ha dejado un mensaje lindísimo en mi muro.

Creo que fueron las fotos, las suyas y las mías, nos encontramos en una pagina de fotos, la más llena y cursi de todas las páginas que conozco. Nos encontramos al mismo tiempo, yo estaba a punto de solicitar su amistad y de pronto la notificación roja.... quiere ser tu amiga. Ok, ok, acepto. Te acepto. Seamos amigas. Gracias.

Son las 4:50. Ya va a llegar. Qué nervios! Cómo será? Intento imaginar su voz. Todas las voces que conozco hacen la prueba en mi cabeza... cómo será su voz?

Vero?

Es dulce, ella es gigante y es hermosa.
Mi cabeza se transforma en una calculadora de kilos y centímetros. Si, si. Mi nueva amiga es perfectamente cuadrada. Como un cubo rubik. Si la abro por la mitad y la estiro en el piso de mi sala,  sería una alfombra humana cuadrada de 1.5 x 1.5 mts.  Son los nervios, estoy divagando a toda velocidad porque no sé que decirle.

De dónde sos? Pregunta. "De donde sos"??? No sé responder, soy de cualquier lugar, soy de todas partes y tu? De donde vienes tu? De santa Cruz???

Si, de Santa Cruz.

Todo se detiene. Su voz se aleja y deja de ser dulce, ahora es profunda y pausada. De santa cruz? Repite mi cabeza sin que yo pueda controlar lo que mi cabeza repite. El miedo empieza con lo suyo,  vienen de golpe todos los recuerdos etiquetados con ese nombre. Santa cruz. Pueblo maldito. Juré no volver a ti. Juré evitarle a mis oídos esa forma extraña de hablar.
Conocí por tercera vez el infierno en esa ciudad. Juré no volver. No logro descifrar lo que me dice.  Todo es confuso ahora. Ella se detiene. Me mira. Me mira.

Acerca su mano a la mia "no me tengas miedo por favor"

Decido no sentir miedo y funciona. Por primera vez funciona y el miedo desaparece.

Son las 10. Los meseros mandan señales.

5 años. 5 gatos.

4 gatos, el suyo cayó del piso 21 el cuarto año.

Mi amiga cuadrada como un rubik es la explicación de la luz...

De donde sos?

Soy de el lugar a donde mas rapido llegue tu voz.

viernes, enero 19, 2018

6638

Deben ser las 5 de la mañana, todavia está oscuro y para poder vestirme tengo que encender la luz (pero yo he aprendido a despertar con el primer sol o con sus pasos en la madera que rodea mi cama), es que este no es un día normal. Me han dicho que mi vida nunca más va a ser la misma,  que no volveré a dormir (con lo mucho que duermo), dicen que ni siquiera podré ir sola al baño a partir de hoy. De todas formas dudo querer ir al baño con los 10 centímetros que van a atravesar mi cuerpo al final del día.

Me han dicho que vaya hoy a las 7 de la mañana, y que si me preguntan si me duele, debo decir que si, pero la verdad es que no me duele nada. Solo el miedo, como un cuchillo que atraviesa mi garganta cada vez que respiro. Yo no quiero que mi vida cambie. No quiero desvelarme por nadie. El lunes tengo café bien tempranito. Hoy es viernes. Ojalá pueda ir.

No pude. Olvidé el café.

Salí de la clínica el domingo en la tarde. Duerme. Tengo miedo de que ella deje de respirar si dejo de mirarla. Desperté de la anestesia y no he vuelto a dormir. Estoy olvidando lo que existe fuera de esta casa. Estoy olvidando mi vida mucho más rápido de lo que pensé.

Ya suman 7 los días. Ahora tengo un espejo chiquito que pongo debajo de su nariz para asegurarme de que no esté muerta. Respira bajito. Me llaman. Vienen. Me dan consejos que no he pedido. Me confunden. Me vuelven a llamar.
Cuelgo. Desenchufo la compu. Apago el celu. Saco el timbre de la casa. Golpean la puerta hasta que la despiertan. Salgo furiosa. Les digo que se vayan. No duerme ella ni duermo yo. Ella por empute. Yo por miedo. Dos horas. No llora. Se cuelga mirando el mismo techo que miro yo.
Me mira y sonríe. La miro y dejo de respirar.

15 meses. Se ha chocado de frente con la mesa. No bastan las advertencias. Le fabrico un casco con esponjas. Ella sabe a dónde quiere llegar, sabe llegar, pero no se fija en el camino ni en lo que hay en él. Pisa los cubos de colores que ella misma ha dejado tirados dos minutos antes (creo que todavía no almacena nada en su memoria).
Se cae, ni una lagrima, se levanta y guarda los cubos pero ya no sabe hacia donde iba. Se queda sentada en el piso. Es divertida. Olvida todo.

Son las 11. Dijo que llegaba a las 6. Y si le han hecho algo? No contesta. Y si fue un accidente?. No contesta. Y si está en un camión en la frontera? No contesta. Tres horas más.  Llega porque la traen. Un mes sin la luz de la calle. Su piel es tan blanca que veo sus venas. Parece que ha aprendido la lección y que ha aprendido un poco de inglés.

Mamá, felicitame, ya sé hacer la leche del café

Suman 18. No días, años; y yo ya he olvidado por completo lo que es vivir sin el miedo que me acorrala cada vez que la pierdo de vista.

no quiero cumplir.

No me gustan los aplauzos, me enfurecen las miradas de los que deciden aplaudir alguna gracia mia. Los odio en ese momento y muchos meses después.
Tampoco me gustan los ramos de flores, nunca sé qué hacer cuando me regalan uno, me dan ganas de desaparecer y que las flores desaparezcan también, pero lejos de mi.

Son las 10, a esta hora y durante 3 minutos enteros, no existo en ningún lugar,  no quiero existir. Seguro van a empezar las llamadas largas y yo que nunca sé bien cómo colgar, interrumpo cualquier cosa,  "Ok, besos". Me voy.

Creo que va a llover, el cielo de pronto se ha puesto todo gris. Se larga la lluvia. El bruno corre como si el agua fuera a desintegrarlo. Me tocan la bocina. No se me mueve un pelo. Ignoro todos los ruidos. Cuento las gotas que entran en la cámara de mi cel.

-Un minuto -

El muro del face de alejandra se llena de saludos, conozco a pocos, no sé qué responder, no sé quienes son - gracias - e̶l̶ ̶m̶e̶n̶s̶a̶j̶e̶ ̶d̶e̶ ̶e̶l̶l̶a̶ ̶n̶o̶ ̶e̶s̶t̶á̶,̶ ̶n̶o̶ ̶l̶l̶e̶g̶a̶ . Un mensaje de quien nunca espero nada. Su voz me abraza. Tantas cosas lindas escritas para mí. e̶l̶ ̶m̶e̶n̶s̶a̶j̶e̶ ̶d̶e̶ ̶e̶l̶l̶a̶ ̶n̶o̶ ̶e̶s̶t̶á̶,̶ ̶n̶o̶ ̶l̶l̶e̶g̶a̶.

- Dos minutos-

Busco mis cigarros en el mundo abismal de mi cartera. Tengo que leer esta novela, pero estoy en los días de escribir, no de leer, que espere no más. A veces saco las cosas y las ordeno encima de mi cama. De grande a chiquito. Es un misterio como entran todas. Mi cajetilla esta abierta, todos mis cigarros están partidos por la mitad, todo flota en ramas secas de tabaco. Encuentro uno y bajo la ventana. Lo enciendo. Me vuelven a bocinear. Me importa un bledo. e̶l̶ ̶m̶e̶n̶s̶a̶j̶e̶ ̶d̶e̶ ̶e̶l̶l̶a̶ ̶n̶o̶ ̶e̶s̶t̶á̶,̶ ̶n̶o̶ ̶l̶l̶e̶g̶a̶. Una gota inmensa apaga mi cigarro. (estúpida mi pucho, idiota!!!) Pongo la caja en retro, le pongo el gancho. Tengo que caminar encima de un rio. La llave en una mano. Las bolsas en la otra.

- Tres minutos-

2521.
Que empiece todo y que todo se termine de una vez. e̶l̶ ̶m̶e̶n̶s̶a̶j̶e̶ ̶d̶e̶ ̶e̶l̶l̶a̶ ̶n̶o̶ ̶e̶s̶t̶á̶,̶ ̶n̶o̶ ̶l̶l̶e̶g̶a̶.

viernes, enero 12, 2018

La noche. Silencio & promesa.

Siempre a esta hora, siempre minutos antes de que el agobiante azul sea por fin negro profundo.

Sé lo que viene, conozco de memoria el frio que acompaña las siguientes horas y sin embargo las espero como esperaba que se apaguen todas las voces para poder pensar.

Hasta los 10 yo casi no conocía la noche (no la había visto de frente), había aprendido a cerrar los ojos antes de las ocho (azul oscuro) y a no abrirlos hasta minutos antes del grito de mamá (fuego) No dormía si no resolvía mi día entre el techo y mi almohada y a veces no resolvía nada hasta que escuchaba sus pasos en la madera que rodeaba mi cama.

Yo siempre estaba despierta. Siempre. El único que sabía mi secreto era papá, el entraba en la mitad exacta de mi encierro y me daba un beso, después se iba y antes de cerrar la puerta me decía "la noche es negra, ratona, no te pierdes nada". Yo no respondía, pero pensaba -... y las estrellas papá?-

Hoy espero la noche, pero sobre todo espero el silencio que nos promete, aunque jamás cumpla. Espero el frío aterrador que cuando pasa se transforma en paz.

Espero llegar y encontrarte y decirte (aunque tu sí duermas) que te amo como a nadie y que nada me hace tan feliz como encontrarte tan cerca de mi.




Ciudad de rotos corazones.

Qué hago yo entre todas estas personas? Sorteando en mi camino un espacio donde dar pasos sin que me toquen? Buscando un pedazo de cemento sin huellas ajenas?
Qué hago yo entre las multitudes que tanto desprecio?

Quiénes son estas personas que me miran como si yo hubiera bajado de alguna nave extraña? Qué es lo que miran? Estarán esperando algo de mi?

Llego a tiempo, alcanzo a ver toda la publi antes, respiro aliviada, no tengo humor para que me puteen. La peli bien. La foto maravillosa. La risa de mi amor en media peli.  El nombre del autor de todas mis canciones en los agradecimientos, también muy bien.

Es pues Jueves y los Jueves son nuestros, aunque en esta ciudad, nada es de uno realmente, al final todo le pertenece a la multitud.

miércoles, enero 10, 2018

Eterno infierno

"...repetimos porque escribimos desde nosotros mismos, Fran"

los días que pasan, los que van pasando.
los que voy pasando yo.
la repetición constante del mismo miedo.
El más profundo.
Inevitable.

Tenía 6 y le rezaba al dios que no podía verme si yo me metía a la casa de los perros. Le pedía que me mantenga protegida de las cosas que me daban miedo. me sentía segura cuando le rezaba. Después entendí que no, que nada de eso era posible.
Entonces llegaron a mí todos los miedos.
Todos juntos.
Todos terribles.

Todos los días.

la primera vez: "Sabes vos que si alguien se muere nunca más lo volves a ver? Nunca más escuchas su voz. Nunca más te abraza?". Teníamos ocho. El techo de la sala de Leo era de madera, era el techo más bonito que había visto, pero tambíen era el lugar al que yo acudiría, para siempre, todas las veces que piense en eso. Todas las veces que sienta miedo.
Mis miedos también son un lugar.

La segunda vez. la ultima vez. fue cuando descubrí que todos éramos apenas un instante. que todo se acaba y que todo persiste. no somos nada. Una locura.

...pero si el tiempo no existe, esto también puede durar una eternidad. somos todo. el miedo que se repite. el infierno. Lo eterno.