jueves, septiembre 25, 2025

345 días

11 meses y medio.


Un montón de días, noches, tardes con sol.

345 veces he despertado sin ti.

50 domingos.


Sin ti.


Para mí la cosa era entender; si hubiera entendido, me hubiera movido más rápido.


Saber.


Escuchar las palabras —no los silencios—.


Me hubiera gustado acompañarte en ese tiempo en el que, al final, decidiste que todo sería mejor sin mí.


Hubiera querido saber.


Seguro podría haber girado el rumbo de muchas cosas.


Me frustra el fracaso.

Estaba segura de que mi vida ya había encontrado la arena, el mar y la selva.


Amaba despertar contigo.


Amaba sorprenderme siempre con tu llegada.


Tu sonrisa me tiene atrapada.


Necesito ser libre.


De ti.


De los días que pasan y se suman sin pausa.


Necesito ser libre de todos esos miles de momentos grabados en el disco duro de mi memoria.


De ti.


De tus ojos llorosos, de la ira atrapada en tu garganta, de las palabras que pensé que jamás dirías.


Necesito dejar de contar los días.


Necesito que dejes de ser la primera cosa en la que pienso cada mañana.


Necesito volver a la arena, al mar y a la selva.


Sin ti.




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