domingo, febrero 18, 2018

Los perros

No quiero contarle a nadie del perro que lloró asustado justo debajo de mi esa noche del cumpleaños de hijo tres.

Porque esa noche no bajé a ver.  Esa noche el miedo le ganó a mi sentido común y me fui.
El perro salió corriendo y  quise pensar "ningún perro muerto podría salir corriendo"

Un perro herido ahora. Un accidente con suerte dirían los optimistas.

Un perro tuerto en mis ojos,  un perro cojo en mi cabeza. Un perro que llora en mis oídos. Un perro medio muerto en la esquina que no me bajé a ver.

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