miércoles, febrero 07, 2018

Si llega la noche.

Y se hace la  noche de noche y el abismo se abre inmenso. No puedo explicar lo que me pasa. Me sobrepasa el miedo, la imposibilidad de explicar. El frío lo llevo por dentro. Mis manos tiemblan. Pasa el río furioso dentro de mi, me atraviesa y sale y vuelve a entrar. Respiro. Respiro humo. Respiro la  caída libre hacia la nada. Humo.

A veces escucho sus pasos cuando cruza la calle. Cierro mis ojos para protegerla. Que llegue segura a mi. La abrazo desde antes.

De pronto me abruma la culpa, la culpa inevitable de no querer lo que no quiero. Seguro se queda meses conmigo. Como si fuera malo. Ya no quiero imaginarme caminando las calles , ni aunque estén al lado del río.

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