jueves, octubre 09, 2025

La vida es empezar

Hace un año que se fue el amor de mi vida.

Un año entero.

Con todos sus 365 días, con las 24 horas de cada día, con cada minuto y cada segundo.

Doce meses que empezaron y terminaron.

Un aniversario. Un cumpleaños.

Una Navidad y un Año Nuevo, otro cumpleaños, Alasitas, Carnaval, el solsticio, los eclipses, las lunas más bellas y los soles más ruines.

La temporada más larga de lluvia, el invierno más corto.

Un año entero en el que he esperado, cada día, que vuelvas.

Que me digas que fue un error.

Un año despertando con la esperanza intacta de encontrarte entre mis brazos.


Pero.


En estos doce meses.

He nacido otra vez, y tú no estabas.

He aprendido a hacer tazas y he aprendido a hilar el pelo de la Bosnia. (Tu taza te encanta, el pelo de la Bosnia te da asco). 

Y eso que tú no estabas.


La primera vez fue como una peli que se creaba mientras yo la miraba. Todavía estabas en la casa, fue esa noche en el bosque, nací a mi madre, con la fuerza de mi padre, con la ternura de quien me ayudó a nacer.


Casi como la locura, pero no.


La segunda, también pasó en el bosque —lo que solo confirma de dónde vengo—, ya no parecía una peli, esta vez lo viví con todo mi cuerpo, hasta la gota de leche con sabor a miel en mi boca.

Y con un montón de picaflores.

Tú no estabas, aunque ese día entendí que tú estás en mí para siempre.


El ciclo se ha cerrado, mi amor.

La espiral sin final se ha vuelto un ouroboros.

Colapsa en sí misma y desaparece.

Con todas las heridas, con todos los mandatos, desaparece.


—Hay lugares a los que no me he atrevido a volver sin ti, pero de tanto esquivarlos ya los he olvidado—


No necesito volver.

Ni a la espera.

Ni a la esperanza.

Ni a los lugares que ya he olvidado.


Sentí que me moría.

Y entendí que, para nacer una otra vez, todo necesita desaparecer antes.


Y así fue.


Hoy eres una imagen hermosa que llevo en el alma.

Eres la sonrisa más linda, las manos más suaves,

eres la primera persona a la que acudo.


Ya no lloro por ti.

Ya no le faltas a mis instantes.

Ya no siento que mi vida está en ti.


Te dejo ir con toda mi gratitud,

con todo mi amor,

con todo lo que soy.



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