miércoles, octubre 29, 2025

Todos los domingos

Desperté a las 3 am, igual que cada día, sin ninguna razón, igual que cada día. 

Este día pensé en ti, tu cara con una luz naranja, justo en el momento en que el sol hace su último acto de magia, antes  de desaparecer detrás de las montañas. 

Tu voz siempre serena, casi siempre: —El miedo y la ira son básicamente lo mismo, Vero, vienen del mismo lugar, del fuego—

Es que yo te acababa de decir que yo no sentía ira —quise decir rabia— pero que si sentia, de rato en rato, un miedo muy profundo. 

Aterrador.

Frío 

Caliente. 

Veloz.

Como un torbellino en llamas.

No es ausencia de ira: es su forma más silenciosa, la más antigua: el miedo.

(Más denso que el miedo. Es esa angustia que de pronto se instala en mi pecho y no me deja respirar)

Tener miedo es comprensible, pero enfurecerse es imperdonable.

El miedo quiere protegerme, la ira quiere liberarme.pero cuando las dos fuerzas se cruzan, se transforman en este nudo frío y violento.

Las dos cosas arden con el mismo fuego.

Me quedé mirando la ventana hasta que amaneció.
El cielo tenía ese mismo naranja tuyo.
Y por un instante,
ni el miedo ni la ira dijeron nada.

Quizás eso también es posible 




sábado, octubre 25, 2025

Soy río.

Mi cuerpo es transparente, recién pude ponerle palabras a esa sensación.

Una faja.

Una chuspa.

Un cinturón, una chompa abotonada, una cartera atravesada (todos me miran, todos miran de que está hecho mi cuerpo)  una chaqueta, una almohada, una carpeta (mi piel es transparente, soy de todos los colores)

Me he mirado en un espejo, sin chuspa, sin chompa, sin mi bolso atravesado. Transparente como los renacuajos. De colores rojos amarillos blancos negros azules. 

Me he mirado de frente, como esa vez que mire el río.

Prefiero que no me miren, que no me quieran tocar.

Por eso la chuspa,

Una faja.

Mi chompa abotonada

Entonces el mar se hace peligro, el agua infinita y transparente como mi piel,

repleto de vida y de colores, como mi cuerpo.

El agua del mar.

A la que llegan todos los ríos.

Podría fundirme en ella y desaparecer sin que se vaya del todo mi consciencia.

Pensé que era tierra y resulta que soy río.



viernes, octubre 24, 2025

Vértigo

Yo le tenía miedo al agua, pero solamente al agua del mar.

El agua del río fue más bien el lugar donde me atreví a un montón de cosas, salte de una piedra resbalosa a otra porque quería mirar al río de frente. 

Y hasta hoy, lo miro de frente.

Aprendí a nadar en una corriente que concluia en una posa (con la ayuda mi papá) solo que yo no vi la posa cuando estaba en la corriente, así que aprendí a nadar.

Pero el agua del mar. 

Tan oscura

Tan fría.

Sin posas ni salvación.

miércoles, octubre 22, 2025

No Grax

La cosa se va poniendo seria.

Las noches se han partido en dos.


Duermo dos veces.

Despierto dos veces.


La resaca.


A veces siento miedo,

a veces nada.


A veces la misma imposibilidad

de ponerme de pie

me obliga a hacerlo 

sin dudar.


Mi cuerpo es fuerte.


Yo tengo el control.


En estos días no queda espacio en mí

ni siquiera para las quejas.

Apenas un vaso de agua,

una taza de té.


No gracias.

No gracias.

No gracias.


Debo caerle pesada a la gente,

pero ni modo.

No tengo explicaciones para nadie.

No quiero comida.


No necesito de tu ayuda.

Puedo cruzar la calle sola

y puedo cargar sola mi mercado.

lunes, octubre 20, 2025

Y tu mamá también

 Mi mamá está en mi casa.

Y lo que siento es un montón de emociones que se miran de frente, se chocan y por un instante desaparecen.
Pero vuelven.
Vuelven de inmediato.

No quiero tener que escuchar horas lo que tiene para decirme, ni los nombres, ni las historias que ya conozco.

No tengo ningún problema con ella —la quiero, le estoy agradecida—
pero no puedo interrumpir el silencio.

Necesito habitarlo profundamente para poder despertar a esta vida confusa cada día.

Es de vida o muerte.
Aunque esta vez no tenga ningún reclamo.


Voy a llegar tarde.

domingo, octubre 19, 2025

Matías

Se va el niño.

Ese niño que no quisiste soltar en la puerta del quirófano.

Casi se los lleva la muerte, a vos y a él te acuerdas?

Igual no lo soltaste, no dejaste que se lo lleve. Te quedaste ahí, tan cerca de el.

Ha cumplido 21. Es un hombre.

Se va ese que solo te buscaba a ti en todas las salas de espera.

Ese que se compuso —quién sabe cómo— y dio sus primeros pasos hacia ti.

Ahora camina solo.

Se va el de la llamada "mamá,  tenemos que hablar

El mismo que lloraba su primer desamor justo en el cuarto que estaba al lado.

En dos años termina la Universidad.

Se va ese que llegó a tu casa cojeando después de haberse caído en la patineta.

Se va él, su mochila y su barba.



sábado, octubre 18, 2025

Que es eso, amor?

¿Qué es eso que no te atreves a mirar?


¿Es el niño que pronto parte?

¿Acaso no lo has criado para eso? Para que llegue el día en que la adultez lo llame con fuerza.


¿O es que, finalmente, se ha ido ella?

Pero hace meses que tú sabes que no vuelve, tú sabes.

Ella dejó las puertas cerradas. ¿Cuál es la sorpresa?


¿O es que se va él?

¿Sabes cuántos años extras ha estado contigo? ¿Sabes cuánto le ha costado? ¿Por qué piensas que se va?


Está bien. No importa. Sabemos por qué.


Te vas a quedar sola en la casa que contuvo tu sueño: tú, el silencio y, de rato en rato, el perro.

De rato en rato, un pájaro carpintero.

—Porque no pudiste tener un gato—; porque dejaste de mirar donde tendrías que haber mirado, y pasó lo peor que podía pasar.


Un fracaso. Una vida. Clara.


¿Quién va a responder cuando llames?

¿Quién va a golpear la puerta del baño?

La Bosnia. Pobre Bosnia.

(No tiene idea.)


¿Cómo pensé que había salido del abismo?

Si el abismo es esto: soy yo, la fuerza de mis caídas, la furia de mis miedos, eso que me hace sentirlo todo.

Todo, todo, todo.

El aire cuando entra (limpio). El aire cuando sale (sucio). Las fibras de algodón de mi polera. Mi sangre. El río bravo. El río implacable. La electricidad. Los miles de miles de cables. Su ausencia. Un golpe furioso. Su sonrisa. La complicidad que no desaparece. Sus ojos lagrimosos. Los míos temblorosos. Sus manos lejos de mis manos.


Ya pues, amor—.


Todo lo demás desaparece: la luz, las corrientes de aire, las voces, los platos, las licuadoras.

Siento todo.

Un volcán atraviesa mi garganta.

El aire caliente en mi pecho.

Los sonidos, de afuera, los de adentro, los de mi cabeza.


Escucho todo.


Escucho tus pasos alejándose de mí.

Escucho los míos buscándote para siempre, en mapas desconocidos, en senderos desaparecidos, en un tiempo que no existe.

Tu voz.

Apenas un susurro.

viernes, octubre 17, 2025

Diez bolivianos

Diez años


Y así nomás fue.


Así fueron diez años.


Una cuenta conjunta con diez bolivianos.

Todo separado, sin rastros, sin nada.

Ni siquiera necesitaban mi firma.


Cinco bolivianos para cada una.


Hoy le devolví sus muebles, su radio, su balanza, su vestido azul

y un montón de huevaditas que dejó cuando decidió fugarse de la casa.

Fue con los de su oficina, claro,

en el que fue nuestro auto, obvio.


—Toma estos tenis—

"Vos toma estos zapatos"

—Gracias por todo—

"A ti gracias por todo"


¿Cenamos hoy?

—A las siete está bien—


Y listo.


Cierro la puerta.

Nio puedo quedarme a escuchar sus pasos.

Voy a mi cama con urgencia,

mientras intento juntarlo todo.


Esta casa es otra casa.

Ahora tengo un gato que se asusta de verla.

Claro, es una extraña.

Casi no ha levantado la mirada.


También: diez años.


Todo pasó en diez minutos.

Todos esos diez años quedaron embutidos en unos minutos:

la Bosnia ladrando como demente,

el gato asustado,

yo herida por el miedo del gato,

los amigos de la ofi cargando como albacos,

el Mati ausente como siempre,

las plantas, los cuadros, los colores,

los recuerdos, los cajones, las ventanas, las flores.


El miedo.


Diez años.

Diez pesos.

Diez minutos.


miércoles, octubre 15, 2025

Antes de la tormenta

Una vez, hace un montón de años, viví este adormecimiento sensorial.

Una pausa violenta.

Ninguna advertencia.


Es tan intenso que parece eterno,

pero nunca lo es:

apenas la calma antes de la tormenta.


Sé lo que viene —mi cuerpo lo dice con todas sus fuerzas—,

pero eso que viene tampoco me asusta.

Lo he vivido un millón de veces:

en los parques,

en los caminos de regreso a casa,

en las partidas,

en las ausencias,

en los cambios violentos.


Igual pasa.


Aunque me toca decir que es agotador.

Más ahora,

que mi cuerpo acompaña el ciclo.

Más ahora,

que hay ratos en que me cuesta respirar profundo.

Más ahora que nunca.


lunes, octubre 13, 2025

Trescientos y algunos días

Yo siento que todo pasó en un mismo instante.

Como un interruptor que se apaga.

Como un puente que ya no conecta nada

Un rato estaba todo, y de pronto dejó de estar.


Lo supe cuando la vi llegar sola y no sentí ganas de levantarme para saludar.

Lo sé desde entonces, todo el tiempo.


Eso que fue ya no es.

Es algo que ya no existe.


Cuando entendí que no iba al almuerzo, no sentí ningún agujero debajo de mí,

ni dentro.

viernes, octubre 10, 2025

Anatomía del dolor (a un año)

El universo guarda un silencio brutal cuando necesita que cierre una herida.


No responde.

No deja entrar a nadie.

Me deja sola

en este temblor ancestral.


Van pasando todas a través de mí.

Rompiéndolo todo.

De una vez por todas.


Ahora comprendo cuál era el ángel que entre nosotros pasó.


Mi cuerpo se niega al alimento.

Al agua.

A la vida.


No hay camino.

Todo es demasiado fuerte.


La electricidad toma fuerza.

Se abre camino por mi cabeza,

por mis ojos,

por mis oídos.


Pasa por mi garganta

y quema todo a su paso.

Mi voz desaparece

y apenas forma un par de palabras.


Mi voz —hace tiempo— ha cambiado.

Ha quedado ronca.


La luz es insoportable.

Escucho mi latido desesperado.


Pum pum.

Pum pum.

Pum.pum.


Fuerte.

Rotundo.

Late en mis manos,

en mis pasos,

en mi cabeza,

en mis ojos,

en mis oídos,

en mi espalda,

en mi pecho.


Ese latido.

El latido del mundo.

De la vida.

El mío.

El tuyo.

Da igual.


El universo guarda un silencio brutal cuando necesita que cierre una herida.

jueves, octubre 09, 2025

Gira y da vueltas

De rato en rato caigo al vacío.

Trescientossesentaycinco días.

De rato en rato tropiezo y solo existe el abismo.

OctubreNoviembreDiciembreDiciembreDiciembre

Un pajarito justo detrás de la hoja más linda de la plaza. Quiero que lo mires. Se abre el túnel sin final.

EneroFebreroMarzoAbrilMayoJunio

El límite es este. Es hoy. No mañana no pasado. Necesito seguir sin ti. Necesito seguir.

JulioAgostoSeptiembre

Te he amado como a nadie y de rato en rato ese amor es el abismo. Ese amor es el abismo.

Octubre.

Eres el abismo

El punto final de la espiral, el inicio inmaculado de un círculo al que solo le queda desaparecer.

Eso eres 

La vida es empezar

Hace un año que se fue el amor de mi vida.

Un año entero.

Con todos sus 365 días, con las 24 horas de cada día, con cada minuto y cada segundo.

Doce meses que empezaron y terminaron.

Un aniversario. Un cumpleaños.

Una Navidad y un Año Nuevo, otro cumpleaños, Alasitas, Carnaval, el solsticio, los eclipses, las lunas más bellas y los soles más ruines.

La temporada más larga de lluvia, el invierno más corto.

Un año entero en el que he esperado, cada día, que vuelvas.

Que me digas que fue un error.

Un año despertando con la esperanza intacta de encontrarte entre mis brazos.


Pero.


En estos doce meses.

He nacido otra vez, y tú no estabas.

He aprendido a hacer tazas y he aprendido a hilar el pelo de la Bosnia. (Tu taza te encanta, el pelo de la Bosnia te da asco). 

Y eso que tú no estabas.


La primera vez fue como una peli que se creaba mientras yo la miraba. Todavía estabas en la casa, fue esa noche en el bosque, nací a mi madre, con la fuerza de mi padre, con la ternura de quien me ayudó a nacer.


Casi como la locura, pero no.


La segunda, también pasó en el bosque —lo que solo confirma de dónde vengo—, ya no parecía una peli, esta vez lo viví con todo mi cuerpo, hasta la gota de leche con sabor a miel en mi boca.

Y con un montón de picaflores.

Tú no estabas, aunque ese día entendí que tú estás en mí para siempre.


El ciclo se ha cerrado, mi amor.

La espiral sin final se ha vuelto un ouroboros.

Colapsa en sí misma y desaparece.

Con todas las heridas, con todos los mandatos, desaparece.


—Hay lugares a los que no me he atrevido a volver sin ti, pero de tanto esquivarlos ya los he olvidado—


No necesito volver.

Ni a la espera.

Ni a la esperanza.

Ni a los lugares que ya he olvidado.


Sentí que me moría.

Y entendí que, para nacer una otra vez, todo necesita desaparecer antes.


Y así fue.


Hoy eres una imagen hermosa que llevo en el alma.

Eres la sonrisa más linda, las manos más suaves,

eres la primera persona a la que acudo.


Ya no lloro por ti.

Ya no le faltas a mis instantes.

Ya no siento que mi vida está en ti.


Te dejo ir con toda mi gratitud,

con todo mi amor,

con todo lo que soy.



lunes, octubre 06, 2025

Palabras

No sé cómo explicarte.

Es más grande que las palabras.

Algo se abrió —no sé dónde, ni cuándo exactamente—

y desde entonces el aire existe de una manera distinta.

No es pensamiento.

Es algo que vive, que respira adentro,

como si mi cuerpo recordara algo que la mente no.

Hay momentos en que quiero decirlo,

pero las palabras se rompen en el intento.

Las reconozco, pero se deshacen antes de alcanzarlas.

Como si el idioma que usaba antes ya no me sirviera.

Afuera todo suena igual.

Los mismos pasos, los mismos ruidos, las mismas voces,

pero ya no los entiendo de la misma manera.

El mundo sigue, pero no coincide conmigo.


A veces pienso que algo se dañó,

que el canal entre lo que soy y lo que digo se quebró.

Otras veces creo que no,

que esto es solo un descanso,

una forma nueva de estar viva.

No sé.

Siento el silencio como si fuera una respiración ajena,

algo que me atraviesa sin pedirme permiso.

Y ahí, justo ahí, entre lo que calla y lo que insiste,

me quedo esperando que las palabras vuelvan.

viernes, octubre 03, 2025

Octubre, siempre negro

De pronto entiendo el origen de todo. Puedo mirar el principio, y entiendo bien que la idea era amarme, compararme con una estrella, cuidarme y no dejar que jamás jamás nadie me haga daño.

Nadie puede hacerte daño excepto yo, lo repetias como un mantra

Esa es pues la idea cuando nace un hijo de ti, debes amarlo con tus células, debe convertirse en la razón de tus latidos, así no más es. 

Va a ser un año desde ese día extraño en que abrí la puerta y había una vida que no era la mía, una vida donde no estabas tu.

Pero las cosas tomaron un rumbo distinto. Me odiaste por ser mujer, -igual que tu mamá te odió a ti por la misma razón-. Me odiaste por no dejarte en paz, por no dormir como un bebé normal. Intenté tanto. Pusiste tu mano en mi cabeza, me pasaste tu angustia, tu miedo, tu rabia, dejaste en mi cabeza la idea absurda de que yo debo esperar por si el otro vuelve. como si yo no valiera nada, ni un peso.

Va a ser un año y te he esperado todos los días. He soñado con tu voz quebrada pidiéndome volver a la casa. Un año.

Te reiste con tanta fuerza ese día que yo nunca más me atreví a bailar, ni sola ni acompañada.

Encontré un vídeo en el que estoy bailando contigo en nuestra creación más hermosa, nuestra rayuela. Yo creo que esa es la única vez que he bailado contigo, mi amor.

Apagaste mi voz cantando más fuerte que yo mientras tú mirada me decía que no, que no me atreva.

Contigo he ido cantando por los caminos, cantando contigo, desafinadas y felices. No sabes cuántas veces he recordado esos momentos en este último año. Cómo va a ser un año ya . 

Me condenaste a la vergüenza, de existir, de amar, de cuidar, de abrazar, de ser feliz.

Y a ti amor,  te he amado, con todo mi ser, he amado existir a tu lado, he amado amarte, cuidarte, abrazarte y he sido profundamente feliz contigo.

Mi cuerpo creció con tus condiciones. No me dejaste sentir un beso, me alejaste de tus abrazos, me prohibiste el placer (yo no quería ser una puta)

Tu, amor mío, lo cambiaste todo con un beso, me dejaste dormir abrazada de ti, siempre desperté con tu sonrisa, todos los días .El mundo se volvió un lugar seguro, porque casi nunca soltaste mi mano.

Más tarde entendí que nunca fuiste tú, que no existió en tu alma la decisión de odiarme, de avergonzarme, de obligarme a habitar una pequeña esquina, lejos de ti. Entendí que ninguna mujer de 18 años es capaz de eso, y que ninguna mujer de 18 años tiene la fuerza para ir en contra de eso.

Aprendimos juntas a mirar las cosas de distintos lugares, a alejarnos de los juicios, a ser más compasivas. Aprendimos tu y yo que todos hacemos apenas lo que podemos.

Me enamoré de una mujer y decidiste odiarnos, pero con esa mujer aprendí a desobedecer tu mandato y decidí ser una mamá amorosa, enamorada de mis estrellas, abrazadora, presente y paciente, así como me enseñó ella.

Cambiaste el rumbo de mi vida, pero un año, mi amor, un año. 

Ya no voy a seguir esperándote.

 

(Pero te he esperado un año)



miércoles, octubre 01, 2025

Más allá de ti

Va más allá de ella.

La memoria la atraviesa.

Como atravesó a su madre.

Y antes, a su abuela.


Una gota de leche con sabor a miel.

Cargada de un secreto antiguo.

Venida desde el principio de todo.


La miro.

Siento compasión.

Un amor profundo.

Estoy agradecida.

Sin juicio.


Tenía apenas 18 años.

No quería ser mamá.

Apenas 18.

Y así me dio la vida.


Ahora lo sé.

Hiciste lo que pudiste.

Con lo que tenías.

Y fue suficiente.


Madre.

Mamá.