miércoles, noviembre 15, 2017

La eternidad existe y es horrible.

Yo no quería ser mamá, lo supe desde siempre y cuando tenía 12, la única certeza que tenía era que jamás tendría hijos. Tengo dos. Tengo cinco...

El embarazo es, hasta ahora, una de las experiencias mas angustiantes y horribles que he vivido. Dos veces solamente, por suerte. No lo volvería a hacer nunca. Por nada. Por nadie.

Yo no quería ser mamá y no sé explicar como pasó... pero ya están aqui, hace 18 años, hace 13 y hace 3.  Intento. Un día. 4 semanas.  Cien días. Mi vida entera intentando. No me va mal. Tengo hijos valientes, seguros, fuertes, claros. Voy bien. No me gusta, pero voy bien. No me gusta. Los amo. Odio ser mamá.

Tengo que escuchar historias largas que dan vueltas sobre sí mismas. Ir a reuniones a las que me da pánico entrar. Dos grupos de wa. Dos. No son tareas solamente, son mensajes de bienvenida a cada mes, bendiciones cada domingo. Insultos por las peleas de los hijos. Votaciones. Pesadillas.

Habrán comido?  Habrán cruzado la calle con cuidado? Les habrá gustado su fiesta de cumpleaños? Habran hecho sus tareas? Habré escuchado lo suficiente? Será que quieren jugo de leche con plátano? Tendrán miedo? Estarán enojados? Es eso tristeza?. No sé, no sé si quiero saber. No quiero saber. Necesito saber? Necesito saber. Tengo que saber.

Ese día. Eran las 6 am. La luz encendida y afuera oscuro. Ese día iba a convertirme en mamá. Ese día conocí el miedo real. El más profundo. El más largo e infinito. Era para siempre y yo nunca he sabido qué hacer con las cosas que son para siempre.

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