miércoles, diciembre 06, 2017

Y después llueve...

A esta hora el miedo es distinto, las amenazas son otras. No controlo ninguna. Sólo pasan cerca de mí. Son un muro hecho del miedo más profundo. No sé porqué no siento ningún suelo, no puedo mirar mis zapatos o el abismo vendrá por mí.
La gente se aleja en un golpe instantáneo. Igual que un trueno.

Me sorprenden los rastros de una tormenta que no he visto. El pasto mojado. Las ochenta gradas que me apuro.

La noticia. Me sorprende la noticia.

Esto no tendría que ser mi culpa, pero creo que
es.

1 comentario:

Unknown dijo...

No es. Es culpa del mundo, que a veces entra y nos rompe.