Mi vida se ha transformado en algo súper raro, no reconozco los días, mi casa, Rayuela, todo es ajeno, hasta yo misma, mis formas de dejarme hacer cosas, veo la crueldad del egoísmo y no me muevo, estoy inmóvil en algo que verdaderamente no entiendo.
Siento cosas que no había sentido nunca, me hago demasiadas preguntas que sé que no tienen respuesta.
Ella se fue, ella decidió todo sola, yo no sabia ni quisiera que ella estaba sacando sus cosas de nuestra casa. Habían señales, claro, cuando pasó todo recién pude verlas, que rabia la que tenia ella, cuánto resentimiento por un tiempo que ya no existe...
Primero he juntado todas sus fotos en una carpeta, todas, se las he pasado todas y las he borrado de mi teléfono, he borrado las fotos de su papá, de sus hermanas, de sus hijos y de su nieto. Cada vez que las encuentro, me invade una tristeza que no puedo manejar, entonces, mejor dejo de mirar.
Estoy aprendiendo a dormir en toda la cama, me gusta fumar sin molestar a nadie, a veces me duermo con las luces y la tele encendidas, a veces con todo apagado. He puesto plantas en todas partes. Me despierto temprano y me levanto inmediatamente para no extrañar sus besos
Me ha sorprendido mucho la sensación física de la angustia. Como cuando caes en un hueco profundo, pero todo pasa por dentro y de pronto entiendes que el alivio esta en el mar.
Siempre fue el mar, la salida.
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