lunes, julio 10, 2017

Nunca me acostumbré al miedo.

Yo me acuerdo bien del día en que conocí el miedo, de manera  consciente y dolorosa digo.
Yo tenía unos 6 y mi amigo leandro me contó que nuestros papás se iban a morir y que no iban a volver nunca. nunca. que los que se morían también se iban para siempre. Yo no he podido volver de ese miedo.

pero  he ido conociendo sus niveles, los niveles a los que puede llegar este miedo mudo. Primero era un ruido. Una cosa inmensa. Una explosión. Luego fue  el ruido y después silencio. Todo rotundo. Todo en el mismo segundo. Repitiéndose por horas. El más profundo de todos los abismos y después el frío intenso y después la lluvia, por supuesto.

Hoy es la transpiración helada 3 veces al día, mi ropa mojada. Pegada a mí, mojada y pegada a mí. Mis zapatos mojados. El frío en todas partes. Durante tantas horas. Ruido y silencio, los dos violentos. Rápidos. Profundos.

un paso y de golpe el vacío, el infinito mismo a mis pies. Aspirandome como un agujero negro. Yo como la nada. yo la nada.

Yo en el centro exacto del miedo, del miedo a la nada.

Despierto a un sueño o me duermo.

No hay comentarios.: