viernes, febrero 27, 2009

Happy Birthday Blue Rabbit

Afuera la vida igual pasa, a veces un poco más rápido, pero por lo general bastante lenta, pasa y lo dicen las nubes que se transforman desde pepitas de maní a monstruos gigantes que se comen el sol y todo lo que pase cerca… a veces lo dice la gente que pasa por la puerta de esta casa, cada vez más vieja, con más arrugas, menos erguidos y cada vez con más soledad y tristeza… también lo dicen las etiquetas de los libros de colegio de mi hija que van dejando a la floricienta y ahora son tan blancas y tan sin adornos como sea posible, lo dicen las respuestas de mi hijo cada vez mas safadas y elaboradas y el numero que tiene debajo de los zapatos lo dice también…
La vida igual pasa, con los pasajeros que deciden subirse a ella y con los que quedaron sentados en las estaciones del tiempo, pasa más allá de todas las predicciones y de sus errores, pasa con vieja o con nueva constitución, pasa con más o con menos injusticias en el mundo, con más o menos café, pasa aunque, como dijo el genio, algunas gotas se queden pegadas en los bordes de las tejas y otras estallen en el mismo instante en que nacen y se dejan caer. Todo lo que pasa en cada instante me dice a mí que la vida pasa mientras yo estoy parada al frente de este reloj inmenso viendo como los segundos van adelante y nunca, aunque lo intente con todas mis fuerzas, hacia atrás. Mientras yo vivo sumergida en la sorpresa permanente de ver como el mundo va cambiando sin mí, enterrada en la decisión constante de detener todo, de congelar el aire, el humo y los instantes… detenida siempre entre la gente que nace mucho y muere poco sin piedad por esta tierra a punto de estallar. No soy más que un alma al lado, más bien afuera, observado las miradas y los movimientos, intentando comprender las voces que apenas distingo, encontrando como pararme 10 segundos adelante en el tiempo para predecir las líneas que vendrán en cada conversación, mirando con angustia la inmensa trivialidad de todo, las líneas de recetas de cocina repetidas en conversaciones esenciales, las miradas sin misterios, los abrazos agotados en cuerpos de carne y huesos, cuerpos sin almas, cuerpos sin sueños y sin risas… y veo y a veces me rio y a veces lloro, porque mis sensaciones ya no responden ante estímulos tan falsos, mi cuerpo ya no responde a esos besos alquitranados que tapan mis voz… mis oídos no coinciden con eso que ahora llaman música, mis manos no tienen que más pintar… y mis abrazos… mis abrazos siempre están, pero nadie cabe ya en ellos, nadie necesita más de ellos… mis abrazos y mi voz se desvanecen ante este inmenso monstruo que es el tiempo.

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