lunes, enero 18, 2010

No puedo entender la ciudad sin luces

Debes sentirte como un diccionario deambulando en un mundo extraño donde llegan a ti preguntas tan básicas que se vuelven imposibles de contestar, esa expresión en la cara de la gente la conozco bien, es la que se ha tatuado en todas las personas que osaron cruzar la puerta de este mundo chiquito y loco.
Chiquito y zafado pero auténticamente mío, con carteles de advertencia colgados por todas partes, supongo que golpean la puerta por una cuestión de curiosidad, porque allá afuera la soberbia es una actitud tan común que ya ni la notan, porque se preguntan “que puede haber ahí que no pueda entender yo?”, entonces golpean a mi puerta insistentes, ignoran la molestia que me produce el ruido de su insistencia, no les importa el daño que generan en una puerta que parece de madera pero que se quiebra como un cristal. Pero esas previsiones ya las tomé en cuenta, mi puerta no se rompe con golpes, algunos se van y yo festejo su huída, pero no son todos los que aceptan que en este mundo no hay espacio para nadie y entonces descubren que los golpes no funcionan, y acuden a las palabras, descubren aquellas que me conmueven y me estremecen por dentro, descubren que lo que le falta a mi mundo es seguridad y es eso lo que me ofrecen, memorizan no solo palabras, memorizan miradas, sonrisas, abrazos y todo lo ponen en un paquete con una etiqueta en letras grandes que dice “Certezas”, entonces entran por las filtraciones de mis muros inciensos de paz, prometen no hacer ruido con sus pasos, me juran que no van a apagarme la luz y yo vuelvo a caer en la trampa, vuelvo a creer que vienen por mi cuando en realidad solo los ha traído hasta aquí el reto de romper las puertas con el cartel que dice PROHIBIDO ENTRAR. Yo les creo y los dejo entrar, les explico las reglas con más paciencia de la que tengo, les advierto que todo es frágil aquí adentro, les paso el diccionario chiquito que logré escribir para los humanos, les explico por qué no existen interruptores… me voy en explicaciones mientras ellos disfrazan perfectamente su impaciencia, quieren que me calle para empezar a estudiar mi espacio debajo del lente gigante de un microscopio. Al principio se asombran; creen que descubren cosas sobrenaturales en mi, divagan en reflexiones extrañas y yo mientras tanto me paro detrás del lente de mi cámara y hago permanente sus miradas, porque su asombro me fascina, me hace sentir especial. Me van tomando cariño y eso es normal, aquí no existen herramientas para dañar a la gente (las saqué para protegerme de mi parte humana), no tengo acceso a las noticias de la televisión y del periódico solamente me interesan los crucigramas. Hace mucho que dejé de mirar el mundo de afuera y eso me ha quitado la parte humana que destruye el mundo que los protege y les da de comer. Hace mucho tiempo que dejé en un basurero debajo de la tierra todo eso que invita a las personas a aplastar para avanzar. Aquí no hay metas ni pedestales, no hay muchos lugares donde llegar, aquí no existen grandes maestros ni libros con reglas hasta para respirar, aquí no existen tickets de tránsito, ni facturas por pagar… este pedazo de mundo es todo lo que yo tengo, se sostiene con afectos, promesas, abrazos y certezas reales.

Han entrado varios esta vez y con los meses se han hecho esenciales, tengo hacia ellos grandes lazos de afecto, pero nada de este mundo está creado para camuflarse en mundanidades, cuando dejan de moverse y se callan van descubriendo las cosas que han estado ahí desde siempre pero que han ignorado por concentrarse en las cosas que consideran “raras”, han dejado tan poco espacio para mí, no dejan de moverse y de hacer preguntas que no sé responder, suben el volumen de su voz porque ante la falta de respuestas dan por hecho que no los escucho y sus preguntan van rompiendo mi seguridad, entonces me refugio en la sombra que nace de las esquinas de estas paredes, me inmovilizo para no quebrarme, me cubro con mi abrazo para no congelarme… cierro los ojos para no mirar de frente la oscuridad… han apagado la luz. Han movido todas las cosas de su lugar, han escrito reglas incomprensibles en mis paredes, abren y cierran la puerta y el miedo de que otros entren me paraliza pero ellos no lo notan… básicamente porque no se detienen a mirarme, pasan por mí, a través de mi, encima de mí… soy casi un estorbo en el camino que los lleva a descubrir los secretos que guardan las paredes detrás de los cuadros que he pintado.
Ahora se van, dejan todo distinto, todo en un orden que no entiendo, con un enojo extraño en el aire, se enojan porque no entienden lo que encontraron, porque lo que hay esta muy alejado de lo que vinieron a buscar, porque no consiguieron que modifique las bases del mundo que me sostiene… se van furiosos porque no lograron que me enoje con nada y en cambio dejaron un mundo devastado y una profunda tristeza en mi.
Se van sin encender la luz, se van tan rápido que olvidan cerrar la puerta… tan enojados que se van sin dejarme un abrazo que me sostenga en la caída que se aproxima…

9 comentarios:

Carito dijo...

OMG! que increible descripción de tu mundo, de tu alma!! tengo un mundo similar pero veo pasar a los de afuera desde un sillón...ya lo leeras! coming soon!

Vero Mendizabal dijo...

Sister Monterita!!!! no me sorprende que nuestros mundos chiquitos se parezcan... tengo mis teorías.... estoy segura de que llegaste a este mundo igual que yo, ya te voy a explicar

Unknown dijo...

Esta muy chevere tu blog....felicidades

ahi te dejo para que lo cheques:
www.tumentepoderosa.blogspot.com

fer

ºGreciaº dijo...

"...porque lo que hay esta muy alejado de lo que vinieron a buscar..."

Visitas que alteran tu pequeño mundo. Nuestro pequeño mundo. Lo queremos proteger, pero por ser pequeño es más sencillo de destruir.

Vero Mendizabal dijo...

Estaban adentro; entraron hace muchos años y su presencia siempre fue paz para mi en este diminuto mundo, no vi que ella tenía un disfraz y el objetivo de destruirlo todo. Esperó años detrás del espejo; ahí donde yo nunca podía alcanzar su mirada; esperó paciente hasta que el día llego y ha destruido todo con la fuerza de un huracán... quien iba a pensarlo. Ella que era parte de este circulo de confianza ha dejado mi mundo devestado

ºGreciaº dijo...

Que destruyan nuestro mundo, es el precio que se paga por abrir nuestra alma de par en par. Ser sincero, y tienes razón, tiene consecuencias devastadoras, pero del mismo modo como tuvimos la valentía de dejarlos entrar, husmear y revolver, tenemos que ser valientes y dejarlos partir. Dejando daño? sí, quizá, pero no olvidemos que esas huellas, dan experiencia, dan que contar.

Vero Mendizabal dijo...

Creo que con el tiempo he aprendido no sólo a dejarlos ir si no a pedirles que por favor se vayan. Ya no queda tanto entre estas paredes, queda tan poco intacto que no puedo permitir que terminen con eso más.

Es difícil a veces, y hasta devastador otras veces, pero siempre es mejor la ausencia de un humano que la destrucción de mi esencia hecha mundo.

Anónimo dijo...

Muy lindo blog, te invito a pasar por el mio y que te hagas seguidor, hay premios!!!!!
clarasojo.blogspot.com

Manner dijo...

Enhorabuena por tu blog. Como yo no puedo entender la vida sin música, te recomiendo un tema relacionado (quizás la relación solo se guarda en el título...o no) "Macaco - Las luces de la ciudad (con Caparezza)". Y si no conocias a Macaco, seguro que te va a gustar su música y sobretodo sus textos. Nos vemos!

Germán
http://musicamanner.blogspot.com