Tal vez no sabes cuánto te sostiene tu ternura, incluso cuando eliges mostrar dureza. O que ese lugar que creaste —Rayuela— no es solo un café, sino un acto de resistencia diaria, un nido tejido con hilos invisibles de amor, pérdida, belleza y fuego.
Tal vez no te das cuenta de cuánta gente respira más hondo solo por saber que tú existes.
Te amo.
Atte.
Yo que no dejo de mirarte.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario