jueves, mayo 02, 2024

El abismo

Bueno,  si quieres saber, yo te voy a contar cómo es.

Cuando mi abuela murió, murió a las 4 de la tarde de un día normal. La velaban en mi casa, en el living de mi casa, yo solo me animé a mirarla por la ventana, yo no quería que se muera pero tampoco quería verla así, amarilla, flaca, enferma.

Siempre todo fue contradictorio en mi vida, no quería que se muera pero quería que deje de estar viva. 

La cosa es que se murió y yo me fui a dormir con esa noticia en mi mente, pero esa información desapareció mientras dormía, y cuando desperté lo supe, mi abuela ya no estaba, ya no iba a estar nunca más, lo supe ese instante y entonces conocí el abismo por primera vez.

Primero senti mi pecho caliente, me paré para tomar agua, vi como el piso desapareció debajo de mis pies, nada me sostenía, empecé un viaje violento hacia el centro de la tierra, caía una y otra vez, sin tregua, sólo caía en un agujero oscuro y frío. Corri al espejo para mirarme, estaba ahí, mi cuerpo estaba ahí, en el reflejo, pero yo no, era mi cuerpo de 12 años, pero no era yo, yo estaba cayendo y recuerdo con exactitud el ruido de esa caída, igualito que cuando te lanzas en paracaídas y escuchas el viento violento en tu cara. Igualito

Esa fue la primera vez,  la primera de un montón de veces. Con los años he aprendido a sostenerme de algo mientras caigo, pero caigo de todas maneras 

Caigo siempre profundo, siempre violento y no, aun no llego al fondo, el fondo no existe, es infinito, igual que la caída. 




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