No todas las cosas que pasan, pasan por algo, no hay un aprendizaje en todo, no todo tiene un buen lado.
Qué de bueno puede haber?
Me quedo despierta pensando: qué cosa buena ha venido a mi vida con la parálisis?
Nada.
Me despierto en el momento más oscuro de la noche, algo me atraviesa y me deja la sensación de haber sido partida por la mitad.
Volveré a ser una?
Volveré algún día a sonreír?
Nunca me ha gustado mucho la luz del sol, siempre tan brillante y tan torpe, pero ahora no me gusta ninguna luz, la del sol por brillante... pero la luz artificial, esa que me expone a sus consejos, esa que los lleva a preguntarme: ¿qué ha pasado? ¿Hace cuanto tiempo estas así?, esa luz la odio, no me incomoda, me expone y la odio.
Afuera esta todo tan oscuro (saldría a caminar si no fuera por el frío que hace), debo ser silenciosa, no quiero despertarla, después mañana se despierta enojada y no estoy para enojos ajenos, apenas puedo con los míos. Deben ser las 4, no falta mucho para que se despierte, se despierta todos los días a las 6.
Me ducho, si, a las 4 de la mañana, porque pienso que el agua caliente de la ducha puede hacer más llevadera esta espera, pero el tiempo está detenido, salgo de la ducha y son las 4 20. Fumo un porro, una billa, al final me lo fumo todo, error, el porro hace que el tiempo pase más lento aun, ni modo.
Tomo agua, pero mi cuerpo no quiere agua, entonces vómito todo, el agua y todo, voy a la cama en silencio, pero no puedo ser silenciosa, finalmente la despierto y me abraza, su abrazo siempre es el lugar más lindo y más seguro para mi, pero ahora me asfixia, necesito moverme y estoy atrapada en el abrazo más dulce. Me quedo quieta, un minuto, 10, 40. Listo, salió el sol.
Y no, no hay nada bueno en esto, no ha llegado nada bueno a mi vida con la parálisis. Nada bueno para mi.
Pero si, algo bueno para los que están conmigo, he dejado claro que soy una persona paciente, ya no necesito demostrarlo, soy super paciente, qué bien que ahora lo sepan., ojalá dejen de decirme que debo aprender a ser paciente. Ojalá dejen de decirme...
Mi ojo derecho casi no ve, y mi oído escucha todo sin filtros, pasa el camión del gas con ese ruido mortal, me pierdo un segundo... acabo de tirar las cenizas de mi cigarro en mi café, más bien ya quedaba poco.
Y el día apenas empieza.
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