Realmente he dejado de pensar en la muerte como salida hace muchos años. Creo que desde que la conozco, pero no así tan románticamente, si no más bien como algo enorme, un manto, algo que cubre todo. Mi vida ha dejado de ser difícil desde ella. Yo no sabia eso de navegar en aguas tranquilas. No sabía que tanta ternura era posible.
Porque para que siga este amor he tenido que aprender un montón de cosas hermosas, he tenido que poder hacer las cosas de manera consciente. Darme cuenta, esa es la cosa, darse cuenta. Ahora sé escucharla, la miro, intento adivinar lo que siente cuando me habla, pienso en lo que está mirando mientras me cuenta... Igual con mis hijos, los miro cuando me hablan, intento saber, intento entender qué necesitan escuchar de mi. Intento decirles. He aprendido la ternura de ella.
Desde ella. Desde esa vez.
Ahora sé frenar en el momento exacto, en fracciones de segundo puedo decidir qué decir. En esas fracciones de segundo yo puedo viajar en el tiempo, mirar de cerca las consecuencias de mis palabras y puedo volver y decir algo de la forma más cuidada y considerada. Porque jamás quiero herirla.
Desde ese día que escribí "ven" y ella apareció detrás de mi.
No pienso más en la muerte como en mi única salida, más bien intento ponerla al final de todo, como debe ser, ahora me gusta más estar viva, me gustan los resultados de los hijos que he criado, me gusta ver el reflejo del trabajo que le he puesto a la Rayuela, me emociona que siempre que llego a algún lugar, uno de mis perros me espera, salta, se emociona, me gusta besar y abrazar a mis perros. Me gusta encontrar a mi gato mirándome de lejos y a mi mariposa esperando que deje mi pierna quieta para descansar un rato.
Desde esa noche que me dijo, yo te acompaño.
Ya no me dan miedo los tramites, ya se cómo entrar a los lugares, siempre la imagino conmigo, eso sí, y entro no más, como una persona normal, preguntando, donde pago? Donde recojo? Tampoco me dan miedo los peluqueros ni los resultados, voy no más, me corto igualito que Kurt, aunque nadie lo ha notado aún, por suerte, pero no me da miedo, a veces un poco de preocupación, pero porque a mi todo me preocupa, aunque nada tenga nada que ver conmigo.
Desde ese día: Toma, te regalo mi libro.
Su libro, que mamá no nos vea, así se llama, que mamá no nos vea, sabía ella que íbamos a amarnos con la locura de los adolescentes? Sabía que teníamos que decirles a nuestras mamás? Que mamá no nos vea. Su mamá no alcanzo a vernos, se fue antes por culpa de una embolia. Más bien no sabía nada de nosotras, porque entonces podríamos haber sido responsables de la embolia. Mi mamá supo rapidito, busque muchas formas de explicarle que estaba enamorada de una mujer, pero esa era una apuesta perdida. Ella se iba a enojar y yo le estaba da dobla mejor de las razones.
Dicienbre 2014. Me puedo quedar contigo?
Si, quedate por favor. Así fue, se quedó conmigo para siempre. 10 años. 10 años que para mi, son para siempre.
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