La cosa se va poniendo seria.
Las noches se han partido en dos.
Duermo dos veces.
Despierto dos veces.
La resaca.
A veces siento miedo,
a veces nada.
A veces la misma imposibilidad
de ponerme de pie
me obliga a hacerlo
sin dudar.
Mi cuerpo es fuerte.
Yo tengo el control.
En estos días no queda espacio en mí
ni siquiera para las quejas.
Apenas un vaso de agua,
una taza de té.
No gracias.
No gracias.
No gracias.
Debo caerle pesada a la gente,
pero ni modo.
No tengo explicaciones para nadie.
No quiero comida.
No necesito de tu ayuda.
Puedo cruzar la calle sola
y puedo cargar sola mi mercado.
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