miércoles, octubre 15, 2025

Antes de la tormenta

Una vez, hace un montón de años, viví este adormecimiento sensorial.

Una pausa violenta.

Ninguna advertencia.


Es tan intenso que parece eterno,

pero nunca lo es:

apenas la calma antes de la tormenta.


Sé lo que viene —mi cuerpo lo dice con todas sus fuerzas—,

pero eso que viene tampoco me asusta.

Lo he vivido un millón de veces:

en los parques,

en los caminos de regreso a casa,

en las partidas,

en las ausencias,

en los cambios violentos.


Igual pasa.


Aunque me toca decir que es agotador.

Más ahora,

que mi cuerpo acompaña el ciclo.

Más ahora,

que hay ratos en que me cuesta respirar profundo.

Más ahora que nunca.


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