sigue en mi.

yo lo conocí anclado, pero ya con la mirada clavada en la profundidad
lo vi sumergirse arrastrado por la mas grande fuerza de gravedad que he conocido
le tomé la mano decidida a no dejarlo ir,
pero la fuerza fue mayor y me llevó con él a su nueva oscuridad
pasaron los años y aprendí a salir y a volver a sumergirme en el
único lugar donde podía encontrarlo tantas veces como fueron necesarias.
pero un día decidió levantar vuelo,
usar las bellísimas alas que le dio la vida,
lo vi perderse en el infinito de posibilidades que le otorgaba su nueva libertad,
dejé de mirar al cielo para volver a mirar lo que tenía pendiente yo en esta tierra...
y su vida se hizo imperceptible a mi mirada.
lo sabía libre y con eso me bastaba
aprendí a respirar de su ausencia tranformándola en mi paz.

Pero ha vuelto a buscar mi mano,
ha vuelto a mojar mi vida con sus lágrimas,
el viento fue demasiado duro con sus frágiles alas,
y la altura que había logrado sumó fuerzas a su caída,
ahi está, en el fondo de ese maldito agujero
con un diminuto hilo que hace de ancla
con los ojos inyectados de sangre podrida
con el aroma verde que me provoca nauseas
con la nariz blanca y la mirada detenida
y aqui estoy yo, dispuesta a sostener su mano
a darle con mis abrazos la certeza de que su vida es mi vida.