miércoles, agosto 14, 2024

Slow motion

Todas las veces que puedo, salgo y fumo todo lo que puedo.

Ahora que salí vi mis manos llenas de masa, acabo de hacer pan y mi urgencia de cigarro era tan grande que no me lave las manos. 

Igual que se día del secuestro, solo que ese día no fue una decisión, me fui con la manos sucias porque no me dio tiempo. 

Será que algún día lo dejo ir? Será que llega el día en que mis manos sucias con masa no me lleven directo a ese auto con esos tipos? 

Han pasado 5 años de ese secuestro.

Voy lento. 

martes, agosto 13, 2024

El hombre y la ira

No he sentido miedo ni un minuto, la adrenalina me aleja del miedo. Tenía que defenderla, defenderlos de ese demente, tenía la excusa perfecta para forzarme al abismo de mis emociones. 

Volví a escuchar mi sangre, volví a escuchar los latidos salvajes de mi corazón, sentí el fuego. 

Pero no sentí miedo. 

Un rato de esos pensé que iba a vomitar, pero era por el fuego, era por los latidos y por la furia de ese río de sangre que pasaba desesperado por todo mi cuerpo. 

Es emocionante pero físicamente insoportable. 

Debe ser la ayahuasca. 

No sentí miedo en ningún momento. 

Tampoco me da miedo lo que le va pasando a mi cuerpo después de despertar todas las alarmas. 

Es una maquina despiadada y yo se eso de memoria. 

  


lunes, agosto 12, 2024

Hemos nacido muertos.

He intentado como loca detener la angustia que me da estar viva, nunca, ni cuando más cerca he estado, me he aferrado a la vida, todas las veces que he vuelto a abrir los ojos, me he sentido derrotada. 

En una clínica. 
En mi auto. 
En un parque.
En un centro para personas tristes.

Cómo puede ser tan difícil estar viva. 

¿No piensas en tus hijos? 
Claro que pienso. 
¿No piensas en tus papás? En lo que van a sentir? En tus hermanos? 
Claro que pienso. 
Pero a veces también se me ocurre pensar en mi. 

No pienso en mi futuro. El futuro de un alma triste, no es la vida. 
No pienso en la casa de mis sueños, en mis sueños no existe ninguna casa. 
No pienso en nada en realidad, solo busco desesperada la puerta de salida. 

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Pero ahora  sé que no soy la única. Desde ese día, sé que somos el y yo. 

Un día el y yo nos encontramos, no recuerdo bien su cara, no sé si tenía el pelo largo o no, recuerdo más su mirada, la recuerdo por esquiva.

Sus manos. 
Sé sus manos de memoria, como si sus manos fueran el mapa hacia el silencio. 
Su voz. 
Sé cómo suena su tristeza. Sus miedos y su rarisima esperanza. 
He memorizado su risa y  he sentido en mi cuerpo su llanto. 

Hemos nacido muertos, me dice y entonces entiendo todo. 







Shut down

Esta vez no me di cuenta de nada, abrí mi cuaderno y no fui capaz de dibujar nada, ni una línea, ni un ojo, ni una mano, ni una ciudad, ni nada.

Y como si estas cosas se olvidaran, no he sido capaz de pintar nada, ni una luz, ni una sombra, ni un intento, nada. 

Mi alma corre al lugar secreto de las palabras, uno, dos, tres segundos, 15 minutos, 4 horas  y nada. 
Ni una palabra.
Ni un silencio. 
Nada. 

Se me ha apagado todo.

Todo menos la luz brillante.
Todo menos el ruido. 
Todo menos la nada. 

Será que así se siente abandonar la vida? 



martes, agosto 06, 2024

Claro que sé que la raíz eres tu, mamá

No dejo de buscar, ni un minuto, la raíz de toda esta angustia. 

Es un viaje inmediato a esos días en los que me costaba tanto mantenerme viva, me levanto, vuelvo al presente, no alcanzo a terminar un respiro y ya estoy otra vez en la furia de esta caída. 

Busco la razón cuando me despierto en medio de la noche, atrevesada por ese golpe de tristeza y miedo. 

La busco cuando lo único que ven mis ojos es la escena inexistente del mercado a las 6 de la tarde, cuando el último rayo de sol ilumina un pedazo de carne con moscas. 

La busco cuando pienso en  ti, Camilo, y siento como se abren los suelos y el centro de la tierra me lleva a una caída sin fin. 

Podría haberte salvado, Camilo?  

La busco cuando pienso en ti mamá, cuando mis ojos te buscan desesperada en un mercado al que jamás he ido contigo, la busco cuando me pregunto, mamá, que me hizo falta. 

Será que existe algo que pueda hacer yo? (aprovechando que aun estas viva) 

La busco cuando llega la tarde y el sol ocupa todos los espacios de mi vida, cuando el brillo de su luz me encandila y cuando el viento se suma a enceguercerme más todavía con toda la tierra que trae a mis ojos. 

Más bien encontré estos lentes amarillos 

La busco siempre, busco la raíz de esta angustia todos los minutos que tiene el día. 

Pero no, nunca la encuentro. 

Encuentro en cambio, el canto de las ballenas. 

Encuentro el sonido tranquilizante  de una llamada de teléfono, que por suerte nadie contesta. 

Encuentro pájaros cuando miro hacia arriba y me uno al vuelo de ellos.

Me voy con ellos, pero siempre vuelvo. Siempre vuelvo, me voy con ellos y siempre vuelvo 

Encuentro formas de esquivar la angustia, pero nunca encuentro la raíz de todo. 

He ido a los lugares más profundos y más oscuros de mi ser y no he podido encontrarla.

Quizás la encuentre cuando me encuentres tu en ese mercado oscuro a las 6 de la tarde, ese mercado al que nunca hemos ido.