sábado, diciembre 30, 2006

des-certeza

Creces aferrado a certezas que pueden o no ser
pero que sin embargo existen dentro de los esquemas en
los que aprendiste a andar en la vida…

La certeza de que al final todo va a estar bien,
esa certeza de la que hablaba papá cuando la bicicleta
no lograba mantener el equilibrio mágicamente…
pero al final la bici aprendió a llevarte sin caerse
y tu le creíste al él
porque al final todo estaba bien…


La certeza de que la amistad pasa por dar lo mejor que tienes,
esa certeza que se afirmó tantas veces cuando le diste a él ese
pedacito de cielo del que eras dueña
,
solo para dibujar una sonrisa suya
y le volviste a creer a él
porque la amistad no espera recompensas,
la amistad es una recompensa sin final

La certeza de que el amor siempre es más fuerte ,
Esa certeza que se impregnó en tu piel en forma de promesa
Cuando le dijiste que “Si, acepto” a pesar del miedo que sentías cuando decidiste
poner tu vida entera en manos de quien pensabas la iba a cuidar como el más preciado tesoro
y dijiste "si" y le diste toda tu vida
Y otra vez, le creíste a él.
El amor pudo más que todo un mundo de explicaciones coherentes

La certeza de que uno puede volver a empezar una y otra vez
Esa certeza que hoy no encuentra forma de hacerse real,
Porque te cansaste de empezar con tu vida entre nuevas personas,
en nuevos lugares, con nuevas costumbre, entre nuevas voces….
te cansaste de inventar formas de ocupar las 24 horas de un día
que no llega nunca al final,
porque la única certeza que hoy le da sentido a estas horas eternas
es que hasta el más fuerte se cansa de luchar en contra de tantas corrientes
la certeza de que a todos nos llega el día en que queremos descansar
y dejar de luchar por fragmentos de días normales,
y entonces dejaste de creerle a él,
y es que uno puede levantarse muchas veces del piso
pero llega el día en que respirar tierra es mejor que respirar miedo
y es en ese preciso instante que nada es mejor que dejarse llevar
por todas las fuerzas de gravedad y dejarse caer.

martes, diciembre 19, 2006

al final???

… otra vez en el mismo lugar, dentro de esta cápsula de vidrio donde apenas cabe mi estructura y el aire suficiente para sobrevivir segundo a segundo. Busco mi imagen en el pequeño reflejo que logro divisar al mover mis ojos, ahí estoy, aquí estoy otra vez, si me muevo me rompo, busco formas para lograr el poquito del aire que se filtra por las ranuras que quedaron sin pegamento y no logro nada y siento que voy a estallar y entonces quiero estallar y en un segundo eso es todo lo que quiero, dejar de sentir los constantes golpes de vacío que invaden cada espacio dentro de mi, y ruego porque se termine, ya me cansé de sobrevivir, no quiero medallas que ocupen el lugar de los abrazos que quedaron sin dar… simplemente no hay más espacio para mi, ni en mi, ni por mi…

Y todos los lugares empiezan a brillar con las luces que dicen que ya llega, que viene el día ese en que todos son buenos otra vez, el día en que sus abrazos eran gratis y se sentían infinitos… y la cara del viejito ese que nos obliga a llenar los espacios vacíos con regalos y con comida, y mi espacio se hace más pequeño aún, y el vidrio empieza a cortarme por dentro, y siento estas paredes de cristal tan pegadas a mi que respiro de mi propio aliento y surge la nausea y siento las gotas calientes de sal inundar lo que queda de mi, un respiro más, mi cuerpo lucha sólo por lograr respiros que ya no quiero lograr, el aire entra peleando contra mi voluntad de dejarlo entrar, y entra, me gana y esa derrota me duele cada vez más.

Pero por lo rutinario lo absurdo se va haciendo trivial… y de pronto, mantener una pelea diaria por sobrevivir se ha convertido en todo lo que hago, y es una lucha inmensa y real, aunque nadie más quiera entenderlo, aunque a todos les parezca ilógico que tenga que pelear con mis propias ganas de detenerme en este instante eterno… y los miro, porque están aquí, cerca de mi, esperando que invente fuerzas para romper esta cápsula de vidrio y salga de aquí, esperan tanto de mi, esperan todo de mi…. y veo en sus miradas una inmensa desesperación y eso solo me resta fuerza y empiezo a entender que no me esperan a mi, que esperan lo que esperan de mi, y entonces les sobro, me sobro... y lo que pasa, lo que en verdad pasa es que me falta todo.